Los contaminantes atmosféricos dañan la salud humana, y también ponen en riesgo la llegada de los alimentos a la mesa.
Asimismo, los científicos determinaron que estos agentes están dificultando la polinización a nivel global.
El estudio, recogido en la revista de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, basa sus conclusiones en una serie de minuciosos experimentos llevados a cabo desde 2017 por parte de investigadores de la Universidad del estado de Washington con las polillas halcón que polinizan las flores de onagra pálida, ‘Oenothera pallida’.
Los investigadores demostraron que la alteración del aroma floral que producen dos de los contaminantes atmosféricos más comunes, el ozono troposférico (O₃) y el dióxido de nitrógeno (NO₂), disuade a los polinizadores de acercarse a las flores en busca de alimento.
Ambos contaminantes provienen de los gases que se emiten en los procesos de combustión relacionados con el tráfico (sobre todo vehículos automóviles, y en especial de motores diésel) y con el transporte en general.
Igualmente, así como en instalaciones industriales de alta temperatura y de generación eléctrica de origen fósil.
Su afectación ha sido probada ya previamente en numerosos estudios: concentraciones no muy altas pero persistentes pueden actuar como un agente debilitador o que predispone a la vegetación a ciertas enfermedades./EFE