La exposición a la luz solar es beneficiosa para la salud, y no solo porque la necesitamos para que el organismo sintetice la vitamina D, sino porque también ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, ya que nuestros relojes biológicos o ritmos circadianos que marcan los momentos de sueño y vigilia están asociados a las horas de luz y oscuridad y la escasez de luz puede contribuir a la aparición de problemas emocionales.
Sin embargo, un exceso de exposición a la luz durante la noche puede tener consecuencias negativas. Y así lo demuestra el mayor estudio realizado hasta ahora sobre la exposición a la luz y su impacto en la salud mental, en el que han participado 86.722 adultos, de una edad promedio de 62,4 años (el 57% mujeres). Sus resultados han mostrado, en concreto, que una mayor exposición a la luz durante la noche aumenta el riesgo de que una persona sufra enfermedades psiquiátricas como ansiedad, trastorno bipolar y trastorno de estrés postraumático, así como autolesiones.
La investigación ha sido liderada por Sean Cain, profesor asociado de la Facultad de Ciencias Psicológicas de Monash y el Instituto Turner para la Salud Cerebral y Mental de Melbourne (Australia), y los investigadores también comprobaron que una mayor exposición a la luz diurna puede funcionar como un método no farmacológico para reducir el riesgo de psicosis.
Cómo exponerse a la luz para prevenir trastornos mentales
El riesgo de depresión aumentó en un 30% en los participantes que fueron expuestos a grandes cantidades de luz durante la noche, mientras que el riesgo de depresión disminuyó un 20% en aquellos que estuvieron expuestos a grandes cantidades de luz durante el día. Patrones similares de resultados se observaron para el comportamiento de autolesión, la psicosis, el trastorno bipolar, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno de estrés postraumático.
Los hallazgos se han publicado en Nature Mental Health y revelan que una práctica tan sencilla como evitar la luz durante la noche y exponerse a una luz más brillante durante el día podría ser muy útil para reducir los problemas de salud mental graves. “Una vez que las personas comprenden que sus patrones de exposición a la luz tienen una poderosa influencia en su salud mental, pueden tomar algunas medidas sencillas para optimizar su bienestar. Se trata de tener luz brillante durante el día y oscuridad durante la noche”, ha asegurado el profesor Cain.
Todos los participantes del estudio eran del Biobanco del Reino Unido y fueron examinados para determinar su exposición a la luz, el sueño, la actividad física y la salud mental. Cain ha destacado que el impacto de la exposición a la luz nocturna también era independiente de la demografía, la actividad física, la estación y el empleo: “Y nuestros hallazgos fueron consistentes al tener en cuenta el trabajo por turnos, el sueño, la vida urbana versus la rural y la salud cardiometabólica”.
Nuestro actual estilo de vida está alterando nuestros sistemas biológicos, porque, como señala Cain, nuestro cerebro evolucionó para funcionar mejor con luz brillante durante el día y casi sin luz durante la noche. “Hoy en día, los seres humanos desafían esta biología y pasan alrededor del 90% del día en interiores bajo una iluminación eléctrica que es demasiado tenue durante el día y demasiado brillante durante la noche en comparación con los ciclos de luz natural y oscuridad. Confunde nuestros cuerpos y nos hace sentir mal”, concluye.
Con información de WebConsultas