A Gloria Trevi se le baila, se le canta y se le escucha con toda gloria en México y en España. Este viernes, “la raza”, nombre que le da a sus seguidores, recibió a la estrella de pelo suelto y tacones como a una reina en el Teatro Real de Madrid.
Una noche llena de lentejuelas y el coro unísono de casi dos mil asistentes gritando su nombre fue la alfombra roja que dio la bienvenida a la artista mexicana más taquillera del siglo XXI.
Las luces se apagaron y de fondo comenzó a oírse un taconeo. “Ábranse perras”, el éxito de su antepúltimo disco, “Diosa de la noche», fue la canción que inauguró el recinto y le dio un golpe de energía al público. Sus bailarines personificados como animales y cubiertos de látex negro generaron un clímax por demás absorbente.
Las más aguerridas seguidoras estaban en primera fila vestidas, maquilladas y entaconadas. De gala para recibir a su embajadora, la que supo representar a toda una comunidad cuando todavía nadie lo hacía.
Un sin fin de vestuarios desfilaron sobre el escenario y uno de ellos le hizo homenaje a España.
Con las primeras melodías de “Esa hembra es mala”, la cantante entró vestida de flamenca de la mano de dos de sus bailarines que portaban un traje de torero y unos cuernos bien puestos.
UN “VIAJE A LOS 90’s”
A la mitad del concierto, la diva mexicana se dirigió al público y dijo: “Vamos a hacer un viaje, cuando tú y yo nos encontramos por primera vez”. Una fila de hombres y mujeres salieron con pelucas largas, de pelo suelto y enmarañado, mientras al centro estaba Trevi con un puño marcado en el cielo y las caderas bien puestas para empezar a cantar uno de sus clásicos de los noventa: “Pelo suelto”.
Con la voz un poco rota, “la Trevi” se transporta a esa época de su vida, que parece dolerle como si fuera hoy. “Estamos en los 90s y ya dicen cosas bien feas de mí. Que si mi pelo, que si mi manera de ser… ¡Y lo que van a decir de mí en el futuro!”, cuenta.
Estas palabras fueron la introducción a más clásicos que interpretó durante la noche como: “La papa sin catsup”, “Con los ojos cerrados” y “Dr. Psiquiatra”, un homenaje al siglo pasado, ya que los bailarines portaban un atuendo “a lo Kubrick” donde la artista se acercaba a cada uno de los enmascarados con un bate de béisbol.
“GLORIA: UN AVE FÉNIX”
Tras una falsa despedida, había llegado su momento. Su grito de guerra, su reivindicación y la de muchas otras mujeres a quienes la historia tildó de villanas.
“Medusa”, su último single, que compuso tras haberse enterado de que habían reabierto el caso que la tuvo encarcelada tres años y le dio uno de sus apodo más famosos: “el ave fénix”
“Encantada y poderosa” como dice la canción, pero también iluminada, aguerrida, y vestida con una armadura de piel de serpiente, se dirigió a sus seguidores: “Gracias por traerme de regreso. Aunque hayan dicho que yo soy un monstruo. A quien no le guste esta sopa ahí le van dos cucharadas”.
La artista reivindicó su presente sin renegar de su pasado, ese que la llevó a la gloria y la transformó en la mujer fuerte que este viernes Madrid tuvo la posibilidad de vivir.
“Acuérdate de que los que te odian te están mirando, y los que te aman también te están mirando,” y tras este discurso todo el público alzó sus móviles ante la canción más buscada: su clásico “Todos me miran”.
No hubo un alma en ese teatro que no bailara, personificara o cantara la letra cual himno, gritando y moviendo el pelo, porque las cabelleras largas fueron una de las grandes protagonistas de la noche.
Elevada por sus bailarines, la diva se despidió de un teatro lleno tras dos horas de un espectáculo inolvidable. EFE
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