El jefe del Ejército de Sudán, Abdelfatah al Burhan, dijo hoy que no se sentará a negociar con el comandante del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), Mohamed Hamdan Dagalo, porque «no hay lugar para esta milicia salvo la desaparición».
En un comunicado, las Fuerzas Armadas apuntaron que Al Burhan aseguró que «no es posible sentarse» con Dagalo, alias Hemedti, «porque está liderando una rebelión que debe ser resuelta», e indicó que el paramilitar «no puede hablar de democracia y transformación civil» porque está al frente «de una milicia tribal».
Estas duras afirmaciones de Al Burhan se producen en un momento en el que varios países como Egipto, Sudán del Sur, Estados Unidos o Arabia Saudí están presionando para que los jefes de ambos bandos enfrentados en Sudán se sienten a negociar para alcanzar una solución al conflicto desencadenado el pasado día 15.
Además, Al Burhan hizo estas declaraciones en el primer día de una prórroga de la tregua de 72 horas mediada por Arabia Saudí y Estados Unidos, aunque no ha sido respetada y los combates han continuado en la capital sudanesa, Jartum, y otras zonas del país, como en la conflictiva región de Darfur, en el oeste de Sudán.
En este sentido, el líder militar afirmó que el Ejército «controla todo Sudán excepto unos pocos puntos en Darfur», el principal feudo de las FAR, pero indicó que la situación en esa zona «se resolverá pronto».
Los combates comenzaron tras semanas de tensión entre Al Burhan y Hemedti por el proceso de reforma de las Fuerzas Armadas y la integración de las FAR en las fuerzas regulares, lo que desató una lucha de poder por el control militar del país.
Ese punto era el principal escollo para la firma de un acuerdo político final para poner fin a la situación de excepción generada tras el golpe de Estado de 2021, perpetrado conjuntamente por Al Burhan y Hemedti y que depuso entonces al Gobierno civil instaurado tras la caída del dictador Omar al Bashir en 2019 tras tres décadas aferrado al poder.
Hasta el momento, las hostilidades entre el Ejército y las FAR han dejado al menos 512 muertos y más de 4.000 heridos, de acuerdo con el Ministerio de Salud sudanés, que apuntó que la mayoría de las víctimas mortales se concentran en Jartum y en Darfur. (EFE)