El hábito cotidiano que según los científicos daña el cerebro

Abr 27, 2023 | Salud

Aparecen de manera natural cuando el tráfico está a paso de hombre, cuando el conductor del auto de adelante no pone el guiño de giro, si se está indignado con los comportamientos o dichos de otra persona, si se escucha el discurso de un político que no es de su afinidad y en muchas otras situaciones cotidianas.

Las quejas forman parte del léxico diario, aparecen en todas las conversaciones y pueden ser impulsadas tanto por uno mismo como por el entorno. Incluso, en varias ocasiones es muy probable que se empiecen a emitir inconscientemente porque -como ya se mencionó- están incorporadas a la forma de hablar de una persona.

“Quejarse es malo para tu cerebro”, esta frase considerada “moneda corriente”, a primera impresión podría calificarse de certera ya que, al fin y al cabo, quejarse implica expresar hechos y palabras negativas. Sin embargo, pocos saben que quejarse constantemente o estar expuestos a quejas de otras personas deterioran el funcionamiento del cerebro. Precisamente, esto destaca un antiguo estudio de la Universidad de Stanford que además develó que tan solo la exposición a 30 minutos de quejas todos los días puede dañar físicamente el cerebro al estropear las neuronas del hipocampo -la parte del cerebro que se utiliza para la resolución de problemas y el funcionamiento cognitivo-.

Sumado a este descubrimiento el Dr. Travis Bradberry, autor del libro How Complaining Rewires Your Brain For Negativity, escribe en su obra que quejarse constantemente hace que el cerebro se configure -o se acostumbre- para que las futuras quejas aparezcan más rápidamente. De esa manera, el cerebro entiende que es más fácil ser negativo que positivo, independientemente de lo que sucede en el entorno. “Quejarse se convierte en tu comportamiento predeterminado, lo que cambia la forma en que las personas te perciben”, escribe Bradberry.

Quejarse puede ser tentador porque uno siente cierta liviandad después de hacerlo, pero como muchas otras cosas que a simple vista parecen placenteras -como fumar o comer comida rápida- a largo plazo tienen efectos nocivos para la salud. (La Nación)