El presidente chino, Xi Jinping, llegará a Rusia el próximo lunes en una visita oficial de tres días, anunció hoy el Kremlin.
«En las conversaciones se abordarán asuntos actuales del ulterior desarrollo de las relaciones de asociación y interacción estratégica entre Rusia y China», señala el comunicado.
Por su parte, el portavoz de Exteriores chino Wang Wenbin comentó hoy en rueda de prensa que el viaje de Xi será «una visita de paz», y que Pekín «mantendrá su posición objetiva y justa sobre la crisis de Ucrania» y «desempeñará un papel constructivo en la promoción de conversaciones de paz».
«La visita versará sobre la amistad y tiene como objetivo profundizar la confianza mutua entre ambos países. Los dos líderes intercambiarán puntos de vista sobre su cooperación pragmática y preocupaciones comunes, y seguirán impulsando la conectividad en base a los proyectos de las Nuevas Rutas de la Seda y de la Unión Económica Euroasiática», dijo Wang.
Asimismo, ambos países trabajarán para «salvaguardar conjuntamente la estabilidad de la cadena industrial, profundizar los intercambios en todos los niveles para consolidar su amistad, promover la cooperación e inyectar más energía positiva a la recuperación económica mundial», según Wang.
Mientras, el Kremlin aseguró hoy que ambos mandatarios debatirán sobre «temas de actualidad» relacionados con el «futuro desarrollo de la asociación integral y la cooperación estratégica entre Rusia y China».
China insiste en que las estrechas relaciones entre Pekín y Moscú «no amenazan a ningún país» y que «hacen avanzar la multipolarización del mundo».
El año pasado, Xi y Putin estrecharon sus lazos a pocos días de que estallara la guerra en Ucrania, sobre la que Pekín ha mantenido una postura ambigua pidiendo «respeto para la integridad territorial de todos los países», incluido Ucrania, y «atención para las legítimas preocupaciones de todos los países», en referencia a Rusia.
Pekín emitió recientemente una declaración sobre lo que denomina «conflicto» en Ucrania en el que defiende el respeto a la soberanía de todos los países, el abandono de la «mentalidad de guerra fría» y un alto el fuego.
También llamó a la «moderación» para «evitar que la situación se descontrole» y derive en un conflicto nuclear, propuesta criticada por Occidente por poner en el mismo plano «al agresor y al agredido».
Pekín no ha apoyado explícitamente a Moscú pero sí se ha opuesto a las sanciones contra Moscú porque «no solucionan los problemas».
Durante una reunión celebrada en Uzbekistán a finales del año pasado, Putin valoró el hecho de que Pekín haya mantenido siempre «una postura equilibrada» sobre Ucrania, si bien admitió «preguntas y preocupaciones» de China.
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