La administración de Nicolás Maduro exigió este miércoles a Chile «respeto a los derechos humanos» de los migrantes venezolanos que sean deportados desde la nación suramericana, cuyas autoridades anunciaron un reforzamiento de las medidas de seguridad para frenar la entrada irregular de personas por pasos clandestinos.
A través de Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores del país petrolero, Yván Gil, señaló que ha sido «un clamor» de su nación «la exigencia de respeto a los DDHH» de sus «compatriotas», así como «la coordinación» junto con el Gobierno de Gabriel Boric en casos de deportaciones de venezolanos.
De momento, el Ejecutivo de Nicolás Maduro «no ha recibido solicitud de trabajo coordinado con el Gobierno de Chile respecto a supuestas deportaciones», aseguró el canciller.
Desde la localidad fronteriza de Colchane, epicentro de la inédita crisis migratoria que vive Chile, Boric manifestó que se debe trabajar en «una labor diplomática intensa, tanto con Bolivia como con Venezuela, para que reciban a los ciudadanos que sean deportados».
El norte de Chile lleva desde 2021 sumido en una fuerte crisis migratoria tras la llegada masiva de personas por pasos clandestinos -la mayoría de nacionalidad venezolana-, el colapso de pequeñas localidades fronterizas como Colchane y la celebración de marchas xenófobas.
Chile desplegó el pasado 27 de febrero a las Fuerzas Armadas en puntos críticos de la frontera con Perú y Bolivia, un operativo que durará 90 días y que ya suma miles de controles y decenas de detenciones.
En Chile, hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más del 7 % de la población, siendo los venezolanos los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
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