Las Grandes Ligas se han empeñado en reducir la duración de los partidos y su principal apuesta para ello ha sido el reloj de picheo que se comenzará a aplicar en esta temporada del béisbol mayor.
¿Qué establece la regla del reloj de picheo?
Mediante el uso del reloj de picheo los lanzadores cuentan con 15 segundos para realizar un lanzamiento, tiempo que aumentará a 20 segundos cuando haya corredores en las bases.
En caso de que el lanzador se exceda de este límite de tiempo será penalizado con una bola en favor del bateador.
Los bateadores también tendrán que adaptarse a la implementación de esta regla que brinda al jugador de ofensiva un límite de 30 segundos para presentarse al plato entre turnos al bate.
El bateador también deberá estar listo para enfrentar el picheo del lanzador antes de que el reloj marque los ocho segundos, si se excede será penalizado con un ‘strike’ en su contra.
El primero en ser víctima de esta disposición en los juegos de pretemporada fue el antesalista dominicano Manny Machado, quien el pasado 25 de febrero en el partido entre los Padres de San Diego y los Marineros de Seattle, cuando no estuvo listo para enfrentar al zurdo Robbie Ray, al llegar el reloj a marcar los ocho segundos.
Machado de inmediato fue penalizado con un ‘strike’, aunque, en ese turno disparó un indiscutible.
Para facilitar su aplicación, cada estadio de la MLB contará con dos relojes ubicados detrás de la caja de bateo a cada lado del árbitro y dos más posicionados en los jardines, además de ello, los árbitros están equipados con un sistema encargado de informarle cuando el reloj haya expirado.
A favor y en contra del reloj
Como toda nueva regla en un deporte como el béisbol, ha generado reacciones a favor y en contra de su aplicación.
Estelares como Zack Wheeler o Andrew McCutchen entienden que la regla del reloj es muy invasiva y que acelera demasiado el juego.
Otros, como el caso de los relevistas, que suelen entrar a lanzar en situaciones en las que el juego se encuentra en la línea, consideran que el reloj constituye otro elemento de presión en su contra.
En tanto que Max Scherzer y Aaron Judge consideran que el reloj de picheo les proporciona ventajas que antes quizás no tenían.
Scherzer señala que el reloj pone el control del juego en manos del lanzador, mientras que Judge entiende que todo lo que acelera la acción del lanzador es beneficioso para los bateadores.
Una situación en la que se evidenció la rapidez del juego que señaló McCutchen y el control en manos del lanzador, como dijo Scherzer, se evidenció el pasado 2 de marzo en el partido entre los Yanquis de Nueva York y los Piratas de Pittsburgh, cuando el dominicano Wandy Peralta ponchó al venezolano Tucupita Marcano con tres picheos en solo 20 segundos.
Peralta solo se tomó 6,6 segundos por lanzamiento, llevando el juego a un ritmo en el que Marcano no pudo sentirse cómodo en la caja de bateo y «le sacó el aliento», como se ha sentido McCutchen con la velocidad del juego.
Aunque Peralta logró salir airoso en este enfrentamiento, no es para nada lógico que pueda mantener de manera consistente este ritmo de picheo, un factor que fortalece la teoría de Judge, quien entiende que este reloj tendrá a los lanzadores al límite, sin aliento y contribuirá a que comentan errores que pueden ser aprovechados por el bateador.
Otro elemento que podría no ser del agrado de los fanáticos y que interviene de lleno con el juego, como lo expresado por Wheeler, es la posibilidad de que un partido pueda concluir por la intervención de una de las acciones que establece esta regla.
Un escenario como ese se produjo en el partido de pretemporada del pasado 26 de febrero, cuando Cal Conley, de los Bravos de Atlanta, se presentó al plato ante los Medias Rojas de Boston, con el juego empatado a seis carreras, dos outs y tres corredores en las bases, siendo ponchado por el árbitro del plato, luego de que no estuvo listo para batear cuando el reloj de picheo marcó los ocho segundos.
El partido finalizó empatado y no hubo mayores consecuencias debido a que es una etapa preparatoria, pero de repetirse esta acción en un partido de serie regular o postemporada, las reacciones podrían ser otras.
Los resultados hablarán
El resultado de la implementación de esta regla es lo que determinará su éxito o fracaso.
En la pasada temporada de Grandes Ligas, los partidos que concluyeron en las nueve entradas reglamentarias, tuvieron una duración promedio de 3 horas y 4 minutos.
En lo que va de pretemporada bajo el sistema del reloj de picheo, según los últimos datos de MLB, la duración de los juegos ha disminuido a 2 horas y 38 minutos.
Este tiempo implica que los encuentros han reducido en 26 minutos su duración, un resultado hasta ahora positivo para la innovación de MLB./EFE