Un casco azul sudafricano murió hoy y otro del mismo país resultó herido en un ataque a un helicóptero de la ONU en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), informaron la Misión de Estabilización de la Naciones Unidas para la RDC (Monusco) y las Fuerzas Armadas de Sudáfrica.
«Un helicóptero de la Monusco que despegó de Beni este domingo a primera hora de la tarde con destino a Goma fue atacado con disparos que provocaron la muerte de un miembro de la tripulación e hirieron gravemente a otro casco azul», afirmó la misión en su cuenta de la red social Twitter, sin facilitar detalles sobre las víctimas.
«No obstante, la aeronave logró aterrizar en Goma», capital de la provincia de Kivu del Norte, puntualizó la Monusco, que condenó «enérgicamente este cobarde ataque contra una aeronave que lleva el emblema de las Naciones Unidas».
La misión de la ONU recordó que «los ataques contra los cascos azules pueden constituir un crimen de guerra».
La Monusco agregó que «no escatimará esfuerzos de acuerdo con las autoridades congoleñas para que los autores de este acto atroz sean llevados ante la justicia».
En un comunicado, la Fuerza de Defensa Nacional Sudafricana (SANDF, Ejército) confirmó el ataque, en el que un helicóptero Oryx en el que viajaban militares sudafricanos «fue atacado en Goma».
«Un miembro de la tripulación fue mortalmente alcanzado, otro sufrió heridas pero pudo seguir pilotando el helicóptero y aterrizó de forma segura en el aeropuerto de Goma», indicó la SANDF sobre el «desafortunado incidente».
El tiroteo ocurrió en un momento de gran tensión en esa zona, donde se han recrudecido los enfrentamientos entre el rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) y el Ejército congoleño.
Desde la reanudación de los combates del M23 el pasado marzo tras años de calma, los insurgentes han ocupado áreas y localidades estratégicas en la RDC y el temor a la violencia ha obligado a más de medio millón de personas a dejar sus casas, según la ONU.
El pasado marzo, un helicóptero de la ONU con ocho cascos azules -seis soldados pakistaníes, uno ruso y otro serbio- fue derribado y murieron todos ellos en Kivu del Norte.
El Ejército congoleño y el M23, que libraban intensos combates en esa zona, se acusaron entonces mutuamente de disparar al helicóptero.
Desde 1998, el este del país está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la Monusco, con unos 16.000 uniformados sobre el terreno.
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