Las autoridades brasileñas localizaron este domingo otros seis cuerpos entre los destrozos dejados por las lluvias que hace una semana castigaron al litoral de Sao Paulo, lo que eleva a 65 el total de muertos, e informaron que ya no restan desaparecidos.
El Gobierno regional de Sao Paulo explicó en un comunicado que las últimas seis víctimas fueron encontradas en Sao Sebastiao, la ciudad más afectada por los temporales que el pasado fin de semana se ensañaron con esa turística región, situada entre el mar y una cadena de montañas.
En un humilde barrio de Sao Sebastiao, los rescatistas hallaron el cadáver del último desaparecido, que fue víctima de un deslizamiento provocado por las lluvias en una región serrana que, durante las últimas décadas, ha sido ocupada en forma irregular pese al riesgo que entrañaba la construcción.
El Gobierno regional precisó que, de los 65 muertos, hasta ahora han sido identificados 55. Se trata de 20 hombres, 17 mujeres y 18 niños.
Todas las muertes fueron registradas en Sao Sebastiao, salvo una, que ocurrió en la vecina ciudad de Ubatuba.
Las autoridades señalaron que, una semana después del desastre y con las búsquedas casi concluidas, «la prioridad ahora es el socorro a las familias de las víctimas» y la atención de 2.440 personas que han perdido sus hogares o han debido abandonarlos pues están en zonas «inestables» que aún presentan «altos niveles de riesgo».
Esas personas permanecen alojadas temporalmente en albergues, iglesias, escuelas y gimnasios de Sao Sebastiao, Ubatuba y otras cuatro ciudades, donde son atendidas por personal de las Fuerzas Armadas y de los gobiernos municipales.
Las lluvias comenzaron la noche del sábado 18 de febrero y durante casi 48 horas castigaron a todo el litoral de Sao Paulo, en momentos en que esa región estaba abarrotada de turistas y la mayor parte de Brasil se entregaba a las fiestas del Carnaval, las más populares del país.
El Gobierno federal, en cooperación con las autoridades de Sao Paulo, ha destinado una cuantiosa ayuda financiera a la región, que en parte estará centrada en la construcción de viviendas en lugares seguros, que serán destinadas a quienes perdieron sus hogares.
También ha sido desplazado a la zona, y anclado frente a la costa de Sao Sebastiao, un portaaviones de la Marina, que desde el pasado jueves sirve como hospital flotante y cuenta con 300 camas y medio centenar de médicos, que han permitido aliviar la situación en los saturados centros de salud de la ciudad.
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