La presencia de gas en el tubo digestivo es normal y su cantidad es variable. La tolerancia a un aumento del mismo depende de cada individuo. Es una cuestión subjetiva, como en el caso del dolor. Además, por todos es sabido que el gas intestinal se elimina de forma habitual y fisiológica (normal) a través de los eructos y de las ventosidades.
Así, y según explica el doctor Javier Pérez-Bedmar Delgado, médico especialista de Aparato Digestivo, jefe de Sección del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario de Getafe, Madrid, el gas que contenemos en el tracto digestivo se compone fundamentalmente de nitrógeno, de oxígeno, de hidrógeno, de dióxido de carbono y de metano; «gases que no huelen, por lo que el olor de las ventosidades se debe a la presencia de compuestos sulfurados, menos habituales».
Le preguntamos sobre cuándo podemos considerar que tenemos un problema de exceso de gases, y este experto remarca que el exceso de gas intestinal es una cuestión subjetiva y variable: «Podemos considerar que existe cuando interfiere con nuestra calidad de vida y, por ejemplo, se acompaña de distensión abdominal, que produce dolor o compromete nuestra rutina social.
Explica el doctor Pérez-Bedmar que la mayor parte del gas que almacenamos en el intestino procede del aire que deglutimos al hablar, al tragar, al masticar chicle, o al fumar: «En muchas ocasiones se produce un aumento del gas (meteorismo) tras el consumo de algunos alimentos como las legumbres, la lechuga, la coliflor, el brécol, y similares. El exceso de fibra en la dieta puede ser el origen de un aumento del gas intestinal, al ser fermentada por la flora intestinal».
Otras veces, de forma menos frecuente, dice que existen determinadas alteraciones de la absorción de los nutrientes de la dieta, ya sea por la presencia de un sobrecrecimiento bacteriano (alteración de la flora intestinal) o por la existencia de un daño de la mucosa intestinal, originada por diversas enfermedades (intolerancias alimentarias, celiaquía, etc), que origina un aumento anormal de la producción de gas intestinal.
Así, y cuando tenemos un exceso de gases, y estos representan un problema en nuestro día a día, este experto en aparato digestivo mantiene que lo que debemos hacer es consultar con un experto para hacer una valoración del problema e investigar cuáles son sus posibles causas.
¿LAS INFUSIONES PUEDEN SERVIR DE ALGUNA MANERA?
Aquí recuerda el experto del Hospital Universitario de Getafe que existen determinadas plantas que pueden contribuir a mejorar el meteorismo al facilitar la digestión, y que son empleadas desde hace mucho tiempo. Precisa que las más utilizadas son las infusiones de hinojo o de anís; pero señala que también se pueden hacer tisanas a base de jengibre, menta, cardamomo, o boldo.
A su vez, ante este tipo de situaciones mantiene que suele recomendarse, de forma general, evitar las bebidas carbonatadas (con burbujas), comer despacio, masticando bien, no mascar chicle, y no tumbarse inmediatamente después de comer.
Qué tratamiento hay ante el exceso de gases
Además de las medidas habituales ya comentadas, el médico especialista de Aparato Digestivo y jefe de Sección del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario de Getafe sostiene que pueden utilizarse compuestos a base de simeticona (fármacos) cuya eficacia resulta variable.
«En caso de que exista un trastorno orgánico de base, es decir, una enfermedad digestiva que provoque, entre otros síntomas, un aumento del gas intestinal deberá pautarse un tratamiento específico y dirigido a solucionar esa enfermedad. Los probióticos pueden ayudar en ocasiones a mejorar el meteorismo», agrega.
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