Los niños son los «huéspedes» más vulnerables del centro de acogida de inmigrantes de Lampedusa, donde sufren el hacinamiento, el caos, la suciedad o la carestía de bienes básicos como los zapatos: «Sus madres tienen que hacérselos con pedazos de mantas térmicas», denunció hoy en una entrevista con EFE la portavoz de «Save the children», Giovanna Di Benedetto.

«La situación es muy complicada porque en estos momentos hay más de 3.300 personas (…) de las que más de 300 son menores no acompañados, algunos de ellos en el centro desde hace un mes», explica Di Benedetto en el puerto Favaloro de la isla italiana, adonde ha acudido a asistir a la última barcaza llegada de África.

Esta pequeña isla, el enclave italiano más meridional, atraviesa una verdadera emergencia con la llegada de miles de inmigrantes en barcazas desde Túnez -más de 3.000 entre el domingo y el lunes-, un fenómeno favorecido por el oleaje benigno del Mediterráneo central.

Esto ha hecho que su único centro de acogida primaria se encuentre completamente desbordado y hoy albergue a más de 3.300 inmigrantes, aunque solo tiene capacidad para unos 400, lo que obliga a muchos a dormir al raso y a padecer una más que precaria situación higiénica, agravada por la imposibilidad de separarlos por sexo.

«En una situación de hacinamiento como esta es casi imposible garantizar el respeto de los derechos fundamentales y dar respuesta a las necesidades primarias, sobre todo de los más vulnerables, que son los menores», lamenta.

Entre ellos hay una niña de tan solo 15 días de vida llegada al lugar esta misma mañana, junto a otros 400 inmigrantes interceptados por la Guardia Costera italiana durante toda la noche.

«Necesitan de todo. Es muy difícil acceder a baños o a servicios básicos sanitarios que a menudo son pocos. Faltan bienes primarios, a veces no se consigue dar a tiempo comida o vestimentas adecuadas. Los niños hoy estaban sin zapatos y las madres se los hacían con las mantas térmicas para evitar que caminaran descalzos», refiere.

Además, muchos menores llegados a Lampedusa sin padres u otros referentes adultos, son los que más tiempo tienen que esperar para ser trasladados a instalaciones de acogida en otros puntos de Italia. Algunos de menos de 10 años llevan bloqueados un mes.

«Esto es una paradoja (…) Cuesta encontrar un lugar donde después poderlos trasladar y son los que se quedan más tiempo en el centro de Lampedusa cuando en realidad no deberían ni siquiera estar ahí porque instalaciones como ésta no son idóneas», sostuvo.

«Save the children», una de las pocas organizaciones que tienen acceso a este centro de inmigrantes custodiado con celo por el Ejército, reclama en primer lugar que en su interior se lleve a cabo una separación por sexo.

Y después que se aceleren los traslados a Sicilia o a la península. Esta misma noche se llevó en una grande nave a unos 560 pero eso no ha solucionado nada porque los inmigrantes siguen llegando a esta pequeña isla y el hacinamiento no se alivia.

Pero la organización humanitaria también reclama insistentemente la necesidad de que Italia y sus socios de la Unión Europea activen «inmediatamente» un sistema coordinado de búsqueda y rescate en esta área del Mediterráneo, la ruta migratoria más letal del planeta.

Sobre todo, ante un verano en el que en este enclave italiano se teme una nueva oleada de desembarcos que pondrá en jaque todo el sistema nacional de acogida, como ocurrió en 2015 y 2016.

«Las personas que huyen de las guerras, del cambio climático, de las crisis humanitarias y de la pobreza extrema son muchísimas. Por eso es necesario afrontar el fenómeno en un modo estructural y no a nivel de emergencia» o puntual, recomendó Di Benedetto. EFE

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